Doki Doki Literature Club: La dura realidad de ser.


El siguiente comentario va en una visión totalmente subjetiva y sin ánimos o intención de ofender o dañar la susceptibilidad de nadie. Los temas abordados en este videojuego son relevantes y se les tratará con todo el respeto y perspectiva empática que se merece.
Así mismo, si alguien desconoce la obra, habrá spoilers mayores por lo que sí, tienes interés de jugar esta novela visual, puedes dar click aquí para descargarla gratuitamente a través de la tienda digital Steam.



Cuando Doki Doki Literature Club! llego al mundo, aquel otoño de 2017, rápidamente se volvió una especie de culto para quienes tienen a los videojuegos como forma de trabajo. Un juego que en primera apariencia se ve afable, una de esas típicas sim-date donde lo único que hay que hacer es dar click, tomar dos o tres decisiones y listo, tienes a la chica que querías dentro de ese grupo de personajes que existen para que tu te enamores de ellas y las escojas.

Hasta que no es así.

El juego toma un aura perturbadora que le ha valido su aura de ''juego perfecto para asustarme y ganar vistas con mis reacciones'' y algo que probablemente su creador, Dan Salvato (quien también se desempeña en la creación de su extraordinaria banda sonora) esperaba en mayor o menor medida.
Doki Doki Literature Club, aquel juego donde tu eres un protagonista sin nombre (puedes ponerle el tuyo), sin rostro (nunca apareces en el juego), sin ningún sello distintivo (no tienes ninguna personalidad) que un día se da cuenta de que debe unirse a un club extracurricular, por lo que autoproclamada mejor amiga, Sayori, le dice que venga a su club que por el nombre ya imaginaran de que iba.
Ahí conoce a Yuri, una chica bastante inteligente, con aires de superioridad, lectora asidua y con sueños de ser escritora.
Natsuki, que es fanática del manga, con esta vibra de chica enojona pero tierna, además de increíblemente introvertida.
Y ella, Monika. La presidenta del Club de Literatura.

Todo lo que la audiencia de este tipo de historias quieren y esperan, hasta que no.
Hasta que Sayuri se suicida.
Hasta que Yuri se suicida.
Hasta que Natsuki desaparece.
Hasta que sólo queda Monika.

Y tu vida cambia.

Este giro de los acontecimientos le dio esa vibra a Doki Doki de ''debes probarlo'' o ''debes ver a tu youtuber favorito jugarlo'', y todo está bien hasta que vemos como la gente decide pasar de esas dos horas antes del giro narrativo, solo picando click o saltando diálogos, ignorando lo que las chicas tienen para contarte a ti, quieren que tú las conozcas y con ello dándole la razón a Monika.
Incluso yo descubrí el juego por accidente y estuve a poco de ser esa persona. Llegue a casa de un amigo y me dijo que fuera con él a ver un juego gratis que encontró en Steam. Por el morbo de lo gratis acepté, y llegue a dos minutos de la muerte de Sayori. A partir de ahí, lo que había nacido como una ida improvisada para tomar una cerveza porque no quería estar en casa se convirtió en un momento que sigo recordando con emoción, terror, tristeza y cariño a partes iguales. 
Pero tenía duda de que me había perdido, y al saber que sólo eran diálogos de ''chico liga chica'', la indiferencia era poderosa. Pero al final decidí descargar el juego y repetir porque quería volver a vivir lo de aquella noche. Al final esa emoción por este juego que convierte lo kawaii en terror se transformo en tristeza. Estaba triste por estas chicas. Me sentía culpable de no ayudarlas, de no...dejarlas ser lo que creían deber ser. De yo saber la realidad de que esto es solo una novela visual. Bueno, Monika y yo lo sabíamos.




Yuri no merecía esto. La realidad de esta chica con cada paso es mas difícil; autolesiones, problemas emocionales y delirios a partir de todo lo anterior hacen mella a tal punto de clavarse un cuchillo y suicidarse enfrente de ti. No escribo esto sólo porque suene agresivo, para llenar texto o por morboso, como tampoco Dan Salvato hace que acompañes a Yuri por TRES DÍAS en lo que su cuerpo va perdiendo vitalidad y la luz de sus ojos se va, es porque esta situación tan cruel, tan fuerte y tan traumática es el pan de todos los días para la gente con depresión y tendencias suicidas. Vivir pensando en la muerte como la primera opción es algo que jamás nadie debería merecer vivir.
Y que este suceso lo viva Yuri, una chica que todo el tiempo tiene esta personalidad agresiva, rara pero perspicaz es una llamada de atención a todos nuestro seres queridos que vemos riendo un día antes y después nos enteramos de la verdad. Esta no es mera gratuitidad, es parte del núcleo de Doki Doki y lo que busca denunciar en su meta-narrativa.

Las decisiones de juego son tan injustas con Natsuki y deciden ir hasta el final con este cliché de preparatoria de ''es la pequeña, el bullying es natural'' que cuando la narrativa (Monika) decide que no es de utilidad, o peor aún, que no vale tanto la pena hacerle la vida imposible como a las otras dos, solo da dos clicks y la elimina de la carpeta del juego.. Jamás pudimos saber que sentía, podíamos asumir cosas cuando Monika rompe el código del juego y salen esos diálogos en negritas donde conocemos que en su casa es abusada, o que ha pensado en agredir a Yuri sólo por su físico, o cómo se siente la mas tonta del Club porque las otras dos se lo repiten. Pero eso es el código, es la Natsuki que el juego no nos deja conocer, la real. Porque Monika no necesita alguien que nos pueda dar lástima y pierda oportunidades de quedarse contigo, necesita a alguien residual que te darás cuenta muy tarde de que ya no está.



Sayori no quería morir. Sayori no debería haber muerto. Claramente tenía problemas de depresión y sufrió la única otra cosa además de la muerte de la cual no podemos escapar: Que nos rompan el corazón. Pero ella lo intentaba. Se levantaba cada mañana tratando de mejorar por ella, sincerándose con lo que pensaba, sentía y decía para ser la mejor versión de ella misma y tal vez, un día ser lo que espera de sí. Y es que incluso cuando creemos que todo ha vuelto a la normalidad, el costo es que Sayori pierda. El ser autoconsciente de que se encuentra en un videojuego causa que ahora si decida quitarse la vida, o por el contrario, que sufra el mismo pesar de Monika y haga todo lo que esté en sus manos para sentirse viva y real cuando la escojas. Son alternativas tan grotescas pero de las que no puedes escapar. (Al menos no del todo)


Y con todo lo que he dicho, y con los errores cometidos y las esperanzadas ajenas cortadas del racimo. yo quiero a Monika. Yo entiendo a Monika. Con el corazón en la mano digo que es muy problable que hubiera hecho lo mismo.
Entender nuestra realidad, nuestra intimidad, nuestro yo ya es un lugar donde ahogarse está a la orden del día y enterarse de que todo eso que te forma igual poco vale porque no eres real, porque tu entorno está condicionado a los clicks y decisiones de gente que igual y no le importas es desesperanzador. La conciencia de uno mismo con su lugar es una espada de doble filo y ella solo hizo lo que en ese momento considero correcto. Y mantiene esa creencia hasta el último momento, aquel donde ve que no es ella, es Dan Salvato. Soy yo. Es que a cualquiera de las tres chicas les puede esperar este destino donde sólo hay un común denominador: personas que necesitan saber que estás ahí, con ellas.

Doki Doki Literature Club suele cerrar con Monika borrando el juego mientras suena ''Your Reality'', cantada por ella y que es testimonio de sus temores, emociones, alegrías y pesares. Una carta al final agradeciendote ante todo por darle una oportunidad a su pequeño Club de Literatura, uno que ama tanto pero que debe dejar ir para no dañar a nadie más.

Pero hay algo más. Un final más donde Dan Salvato pide perdón al Club. Pero a cambio te exige eso: estar con ellas y dejarlas ser contigo aunque solo un momento.
Jugar tres veces y escoger en cada partida a una chica diferente, no para que sea tu pareja, si no para que tengas compañía, un abrazo cálido y digital de empatía. Si esto pasa, si te comprometes lo suficiente para ver como en tres ocasiones sucede todo este desastre, todo en aras de creer en que ellas merecen algo bueno para recordar, Sayuri te lo agradecerá. Y Monika, donde quiera que esté, sabrá que habrá válido la pena.

Doki Doki Literature Club es sobre almas rotas que necesitan compañia. Un mensaje tan universal pero tan complejo que pensarlo cansa. Pero merecemos esa compañia. Merecemos que alguien nos invite al Club de Literatura y estas chicas merecen ser felices cada segundo que podamos brindarles.


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